¿Te ha pasado que ya tienes planeado el día, tienes claro lo que quieres lograr, incluso te tomas el tiempo de escribir tu lista de pendientes con tu café favorito al lado… Y sin embargo, terminas el día sin lograr lo que dijiste que ibas a lograr e hiciste cosas completamente opuestas o donde querías que tu enfoque estuviera?
Si, a mí también. Y ojo, esto no es porque no tengas la capacidad de concentrarte o tengas «ADHD». Sino porque, en algún momento del día, sin darte cuenta, algo dentro de ti dijo: no creo estar lista para esto aún. Después lo hago. Quiero hacerlo perfecto. Tal vez no vale la pena tanto esfuerzo si de todos modos no va a funcionar.
Y eso cariño… es autosabotaje. 😔 Y no siempre grita. A veces susurra con excusas que realmente suenan muy lógicas y bien disfrazadas de positivismo y de «autocuidado» pero hoy quiero ayudarte a identificarlo, desarmarlo y moverte con claridad hacia lo que realmente quieres lograr. Porque el autosabotaje no se elimina a la fuerza. Se transforma con conciencia, estrategia y mucha compasión.
Además, estudios muestran que el 80% del éxito a largo plazo se atribuye a la inteligencia emocional y la gestión personal, más que a las habilidades técnicas (Daniel Goleman, Harvard Business Review). Es decir, tu capacidad de reconocerte, regularte sola y tomar acción —incluso con miedo— es el verdadero superpoder.
El autosabotaje ocurre cuando, de forma inconsciente, tomamos decisiones o acciones que bloquean nuestro propio crecimiento. Puede verse como procrastinación, hiper perfeccionismo, distracciones crónicas o autocríticas paralizantes.
La razón muchas veces tiene raíces en el miedo: al éxito, al fracaso, al juicio o a salir de lo conocido. Y es más común de lo que creemos, especialmente en mujeres con alta autoexigencia o con historias donde el logro venía con sacrificio.
Dale un nombre divertido a tu saboteadora: «la dramática», «la experta en excusas», «la perfeccionista crónica». Nombrarla te ayuda a separarte de ella y a verla con más ligereza.
El objetivo no es completar todo, sino moverte. En vez de apuntar a tareas perfectas, pregúntate: ¿cuál es la mini acción que puedo hacer ahora para sentir que estoy avanzando?
Celebra el enviar el correo, grabar el primer borrador, abrir el documento. El cerebro necesita asociar acción con dopamina, no sólo perfección.
Pequeños actos simbólicos pueden marcar el inicio del enfoque: prender una vela, cambiar de lugar, poner una canción de 3 minutos y prometerte trabajar hasta que termine. No necesitas motivación infinita. Solo una entrada simbólica.
Cambia «esto es muy difícil» por «voy a dividir esto en pasos pequeños». O «tengo miedo» por «esto me importa». La forma en que te hablas define tu movimiento.
Amo la frase de Brianna Wiest, autora de The Mountain Is You, que dice: “Your new life is going to cost you your old one.” – «Tu nueva vida va a costarte la vieja.» Porque es tan cierta.
Y a veces, la versión antigua de ti no es la que falló. Es la que se cansó de sobrevivir en modo piloto automático. Y esa resistencia que hoy ves como autosabotaje, es solo una parte de ti protegiéndote desde el pasado. Y esto sucederá over and over again, mientras sigas creciendo y cambiando a través de tu vida.
Pero tú ya no eres esa versión. Hoy tienes herramientas, conciencia y visión. Hoy puedes elegir cómo actuar. 🤓
El autosabotaje no se combate con más presión. Se transforma con autoconciencia, estructura ligera y herramientas que respetan tu estilo de energía.
Tú no estás rota. Solo necesitas aprender a moverte a pesar de los cuentos que tu mente te repite.
¿Y tú? Cuál es esa acción que has estado postergando… y qué cambiaría si la hicieras solo por el hecho de honrar tu compromiso contigo?
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